Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2013
Vivían en un tira y afloja constante. Sus vidas eran eso, estirar la cuerda hasta el punto en el que sabían que era el tope. Sabían perfectamente hasta donde podían llegar para que no se rompiese. Vivían siempre al límite, estirando hasta donde podían llegar, sabiendo de qué manera hacerlo para hacer daño sin romperla. Estaban hechos el uno para el otro, se conocían más de lo que alguien puede conocer a una persona. Ella conocía todas y cada una de las caras que iba a poner según la situación que fuese, como reaccionaba cuando algo le daba vergüenza, incluso lo que pensaba en cada momento. Él conocía todas y cada una de sus sonrisas, sabía perfectamente cómo iba a reaccionar, con sólo mirarla sabía como se sentía. Sabían de todo, menos quererse. No tenían término medio, o se querían matar o mataban por quererse. Y así seguían, disfrutando de los días pares y a hostias los días impares. Estirando de una cuerda que pensaban que nunca se iba a romper pero que finalmente un día se rompi

'Entonces me di cuenta de que nunca volvería a querer a alguien tanto como le quise a él, aunque me pasara el resto de mi vida intentándolo'

Dicen que el amor cuando no muere mata porque los amores que matan nunca mueren. Lo que no dicen es como vivir con un amor que no muere y te está matando por dentro, condenándote a no poder ser feliz con nadie más. ¿Qué se supone que se debe de hacer cuando descubres que nunca vas a poder querer tanto a alguien como lo quisiste a él? ¿Cuando te ves condenada a pasar el resto de tu vida sufriendo por un amor que no puedes olvidar? Dicen que al primer amor se le quiere más y a los otros mejor. Yo no creo que sea así. En mi caso no es así. En mi caso sólo hay un primero y único amor. Un amor por el cual estoy cansada de sufrir. Tengo 16 años, llevo desde los 11 queriendo, odiando, amando, sufriendo, fingiendo que todo va bien cuando todo está mal, forzando sonrisas y palabras que dicen ''estoy bien''. Pongo la vista atrás y lo que más recuerdo son las cosas malas. Todas y cada una de las noches que me pasé llorando, todas y cada una de las palabras que me llevaron a hacerl

La mejor manera de ser feliz con alguien es aprender a ser feliz solo. Así la compañía es una cuestión de elección y no de necesidad.

¿Dónde quedó aquella promesa que te hiciste a ti misma aquel día de no volver a llorar nunca más por él? ¿Cuántas veces necesitas romperla para darte cuenta de que llorar tanto por lo mismo no vale la pena? Queda muy bonito decir lo típico de ''quien te quiere te hará llorar'', ''Vale la pena aguantar lo malo porque lo bueno compensa todo'', ''Todo el mundo te hará daño, solo tienes que encontrar por quien valga la pena sufrir'',  esas son las típicas frases que todo el mundo dice y que están haciéndonos ver que hacer daño a las personas que queremos es algo normal, que debemos aguantar todo lo malo que nos hagan porque luego valdrá la pena, pero ni siquiera se paran a pensar si verdaderamente vale la pena aguantar estar meses enteros sin dormir, días sin sacar una puta sonrisa de verdad, sin reirte con ganas, sin ser feliz. Todo el mundo se empeña en aferrarse a ese tipo de frases para no ver la realidad. La realidad no es que debemos so
''Había una vez un campesino gordo y feo que se había enamorado (¡cómo no!) de una princesa hermosa y rubia. Un día, la princesa (ve a saber por qué) le dio un beso al feo y gordo campesino... y, mágicamente, éste se transformó en un esbelto y apuesto príncipe... (Por lo menos, así lo veía ella.) (Por lo menos, así se sentía el.)''