—El 'me quiero morir' no desaparece de su cabeza, tronco. —¿Ni siquiera cuando sonríe? —Sobretodo cuando sonríe.
Otro día más la misma mierda de siempre. No hay frase que describa mejor tu día a día. ¿Cuánto tiempo llevas sin sonreír de verdad? ¿Sin sacar lo que llevas dentro? Es una detrás de otra, si no es una cosa es otra. '¿No aprendes o qué te pasa niña?' Esa frase no sale de tu cabeza. No. No aprendes. No haces nada bien. Faltaba que pasara algo así para que explotaras por dentro. Sabes que tomes la decisión que tomes va a ser la incorrecta, que hagas lo que hagas alguien va a salir mal parado. Sabes que callar es malo, pero que ser sincera es peor. Sientes que eres una mierda, una mierda que no sabe cuidar lo que tiene porque no se lo merece. Es lógico que te comportes así, ¿Cómo te vas a comportar estando en un sitio que te queda grande? Es imposible que hagas las cosas bien. Mírate. ¿Qué ves? Alguien que la caga día sí, día también. Alguien que por cada sonrisa que saca borra dos. Te ves y te das asco a ti misma. Ahora mira a tu alrededor. Mira bien. ¿Qué ves ahora? Algo totalmente diferente. Ves personas. Con sentimientos. Personas que pagan las consecuencias de tus actos, que estarían dispuestas a hacer por ti muchas cosas que no te mereces. Personas que gastan su tiempo contigo, sin darse cuenta de que lo están malgastando. Toda una vida. Eso es mucho tiempo. El suficiente para que puedas demostrarles a todos lo poco que vales y todo el tiempo que han perdido contigo. Más del que te merecías, y tú lo sabes. Lo sabes pero no haces nada. Te quedas estancada en un mar de dudas en el que te estás ahogando. Lo único que quieres es desaparecer. Quieres que todos sean felices sin ti, porque es lo que se merecen. Ser felices. Sin ti. Pero eres tonta hasta para eso. No sabes que decisión es la que tienes que tomar para quitarte del medio sin hacer daño. Y al final acabas igual de echa mierda que el día anterior pero con más motivos para estarlo. ¿No lo ves? Ya van muchas cosas. ¿Qué haces? ¿De verdad eres así? ¿Ya no te queda nada de lo que eras antes? ¿Has cambiado o has sido así desde el principio? En el fondo no eres tan mala. Siempre has intentado darles las fuerzas que les faltaba a la gente que te importa. Sacarles sonrisas, estar en lo bueno pero sobre todo en lo malo. Has querido hasta el punto de que duele. Incluso en ocasiones has dado más de lo que has recibido. Has intentado estar a la altura, pero no lo has conseguido. Que hayas hecho cosas buenas por alguien, que le hayas sacado sonrisas, que hayas estado ahí, que incluso en algún momento hayas sido tú el motivo de su sonrisa y felicidad, no te da derecho a luego actuar como actúas. ¿No te das cuenta? Sí, sí que te das. Lo bueno no compensa lo malo. Tú misma te haces preguntas que sólo tú te puedes contestar. Cómo las contestes, depende de ti, y cómo actúes, demuestra quién eres. Y tú, no eres nadie
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