Algunas personas están destinadas a encontrarse, pero no destinadas a estar juntas para siempre.

Tú no puedes hacer eso. No puedes entrar en mi vida, ponerla patas arriba y luego marcharte por la puerta de atrás sin hacer ruido. ¿Sabes? Yo antes de que llegaras creía que era feliz, pero fue cuando llegaste cuando realmente comprendí lo que era tocar el puto cielo con la punta de los dedos. Se podría decir que por mi vida han pasado varias personas que me han marcado, en especial una. Y luego vas tú y haces que se me caiga el mundo al suelo con esa persona incluida. Yo antes tenía una vida sin ti, y ahora solo quiero una vida contigo. Me siento como si estuviera peleada con la suerte y enfadada con el destino. Como si todo lo que necesitase para ser feliz es lo único que no puedo tener. Yo siempre he tenido claro que te quiero, pero quizás nunca llegué a entender de qué forma. He llegado a un punto en el que ya no quiero dormir por las noches, porque sueño contigo. Estoy empezando a pensar que me estoy volviendo loca, estoy creando un monstruo que se alimenta de tu recuerdo y muere por ti. O quizás ese monstruo lo hayas creado tú. 
Y aquí estoy, con mis ideas desordenadas por la cabeza, con cientos de mariposas deborándome el estómago, con mil dudas acabando con mi paciencia y la mente llena de tus recuerdos. ¿Sabes? Esto no sería tan malo si yo no tuviese a una persona por la cual tendría que sentir todo lo que siento por ti. ¿Sabes? Tengo unas ganas de estar contigo que no se me van con él. 

Todo era más fácil cuando no te conocía porque no dependía tanto de nadie, pero ahora que has llegado a mi vida, si te vas ya no encuentro por ninguna parte las ganas que me hacen falta para seguir