''No me vuelve loca nadie que no sea yo misma''

Es curioso cuando una revisa aquello que escribió en un pasado y no se siente identificada. Hace tiempo que dejé de creer en las típicas chorradas de niña tonta enamorada que hace cualquier cosa por la persona a la que quiere. Incluso dejar de quererse. ¡Pero a dónde vamos a llegar sin querernos! Eso no hay que dejar de hacerlo nunca. Se nos inculcan ideales equivocados que nos condenan a la infelicidad al querer conseguir algo que es imposible de alcanzar. Estoy harta de ver a personas decir que se han fallado a sí mismas por alguien. Que han renunciado a sus principios. Que le han echado todo por tierra, que les han humillado, abandonado, engañado. Y ver que siguen ahí, poniendo la otra mejilla. ¡Pero, por favor! Hasta dónde vamos a llegar. Hasta dónde vamos a llegar si pensamos que lo peor que nos puede pasar en la vida es perder a una persona. Si oímos constantemente a dos tontos enamorados decirse: ''eres lo mejor que me ha pasado, eres lo mejor que tengo''. ¡No! Lo mejor que te ha pasado ha sido nacer. Lo segundo tener la madre que tienes. Y lo mejor que tienes eres tú mismo. Sin la única persona que puedes vivir es sin ti. Eres tú la oportunidad que tienes para ser feliz en este mundo. ¿En qué momento hemos decidido entregar nuestra vida a alguien que no seamos nosotros mismos? ¡Por favor! Hoy en día vemos a una persona guiarse por sus preferencias antes que por lo que su pareja piensa o desea y le llamamos egoísta. ¿En serio? ¡Pero esto qué es! Antes que hacer feliz a nadie, hay que ser feliz uno mismo. Si le entregas todo de ti a una persona ¿qué te queda a ti? ¿qué harás cuando esa persona ya no esté? ¡Normal que digáis todas esas tonterías de que sin esa persona os morís! ¡Si le dais todo y os quedáis sin nada! En este mundo hace falta más gente independiente, libre, con capacidad de entregar amor sin olvidarse del propio. Gente del mundo: ¡hay que quererse!

Lo bonito de la vida no es tener al lado a alguien que se lleve todo cuando no esté. No es bonito depender tanto de una persona. No es bonito que tu felicidad dependa de alguien.

Lo bonito llega cuando una persona puede ser feliz sin ti, pero prefiere estar contigo. Cuando tiene su vida y te abre las puertas porque quiere compartirla contigo. Pero no te la entrega: la comparte. Empecemos a acabar con esa posesión enfermiza: las personas no somos cosas. Aprendamos de una vez a que no hay que aferrarse a nadie, más que a uno mismo. A nuestros valores, nuestros principios. Lo que nos hace ser lo que somos. Y si te tienes que entregar a alguien, que sea a ti mismo: no hay nadie en el mundo capaz de hacerte más feliz que tú.

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