Cuestión de fe
Cuando crees que ya no queda nada en lo que creer te equivocas.
Creo en esas personas que nunca dejan de hacerlo. Y más todavía en aquellas que se esfuerzan para que los demás sigamos haciéndolo. Creo en el amor con el que mi abuelo sigue mirando a su mujer después de casi sesenta años. Creo en sus consejos y en su sonrisa desengañada que se niega a pensar que este mundo ha dejado de tener cosas buenas por las que luchar. Creo en el abrazo cómplice que abriga y llega justo a tiempo para sujetarte el mundo cuando se te viene encima. Creo en la amiga que siempre tiene la palabra exacta en el momento adecuado cuando tú te has quedado sin habla. Creo en la fuerza descomunal que una madre siempre va a ser capaz de sacar por su hijo. Creo en el kamikaze que es capaz de beberse los océanos por un beso. En el que lucha por una batalla perdida que acaba ganando.
Creo que el mundo ya es bastante mierda como para no valorar esas pequeñas cosas que hacen que siga valiendo la pena estar en él.
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